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Rugby: intensidad y compañerismo

  • Sara Pistola Grille
  • 26 nov 2016
  • 4 Min. de lectura

En cuanto me decidí a visibilizar el rugby, me di cuenta de que necesitaba una clase magistral, sobre todo por ser una total desconocedora de este deporte. Así que, en compañía de mi amiga Andrea Grande García, ex jugadora de los equipos de A Coruña y Lugo, me dispuse a asistir a un entrenamiento de viernes por la tarde del CRAT, el equipo coruñés.

En las instalaciones de la Universidad de A Coruña fue donde Andrea descubrió el rugby. Estudiando TAFAD, el Ciclo Superior en Actividades Físicas, le mostraron el deporte y la invitaron a probar. Ella se animó, así que espero tener el mismo efecto sobre alguno de vosotros o, por lo menos, acercaros un deporte casi invisible en los diarios, pero con un gran nivel.

Andrea ha jugado en dos equipos. Pero en el que empezó fue en el CRAT, el que ha escogido para guiarme por un entrenamiento. El equipo femenino del Club de Rugby de A Coruña se ha convertido en uno de los mejores de Galicia y del país. Juegan en la división de honor, a nivel nacional y fueron campeonas en el 2015.

El rugby es un deporte de contacto que nace en Inglaterra. En España no es muy popular, pero en las Islas Británicas, Australia, Nueva Zelanda o Francia. Quizás muchos reconozcáis al equipo neozelandés, All Blacks, o por lo menos su haka.

A parte de que la pelota no es redonda sino ovalada, poco más conocía yo. Así que voy a intentar sintetizar el funcionamiento del juego, quizás un poco complejo. Los equipos están formados normalmente por 15 jugadores (aunque existe una variación en la que se juega con 7). El campo no tiene porterías en los extremos como en el futbol, sino que tiene tres palos. Esos palos marcan una línea que marca la zona de anotación. El objetivo principal es llegar a esa zona de anotación y tocar el balón con el suelo, a lo que se llama ensayo. Después de ensayar se patea, es decir, se hace pasar el balón entre los tres palos.

A diferencia de en el futbol americano (porque no, no es el mismo deporte) se juega hacia atrás. En fútbol americano los pases se hacen hacia delante, mientras que en el rugby se hacen hacia atrás. Solo avanza el balón llevándolo o pateándolo. Cuando se realiza un pase hacia adelante, la melé reinicia el juego.

Los jugadores se dividen en dos “tipos”, con funciones diferentes. Los tres cuartos, son los que suelen ensayar cuando reciben los pases de los delanteros, que hacen las jugadas, abren huecos en el campo para los tres cuartos y placan. El placaje, sin duda lo más vistoso de este deporte, es una forma de defensa.

Al tener funciones distintas, en parte del entrenamiento también se dividió a las jugadoras. En concreto, comienzan juntas con un pequeño calentamiento y después se separan. Al final, se juntan para realizar jugadas completas. En el entrenamiento se pretende mejorar la condición física y el juego, por lo que se ejercita la resistencia y se practican pases y técnicas de juego.

El juego se divide en 2 partes de 40 minutos más un tercer tiempo no reglamentario pero sí una tradición casi obligatoria. Muestra del compañerismo del deporte, el llamado “tercer tiempo” es una reunión que une a jugadores de uno y otro equipo después del partido. Risas, comentarios del partido y unas cervezas dejan claro que la tensión propia del juego se deja olvidada en el campo.

Un antiguo dicho británico dice lo siguiente: “El futbol es un juego de caballeros jugado pro bestias y el rugby es un juego de bestias jugado por caballeros”. Sin desmerecer al futbol, totalmente acertado el dicho quiere reflejar el gran respeto que se respira en este deporte por las reglas. Un gran reglamento que Andrea nos asegura que después de varios años practicándolo todavía no conoce completamente, pero eso no le impide desenvolverse con soltura en el juego.

Además, también es un buen reflejo de la técnica que hay detrás de la apariencia de brutalidad que se percibe a simple vista. Andrea me asegura que “cuando placas a alguien no necesitas una fuerza sobre humana, necesitas técnica. Todo el mundo puede jugar al rugby (gordos y delgados). No solo puede la fuerza”. Las distintas corpulencias suelen tener cabida en los dos tipos de jugadores. Los delanteros suelen ser más corpulentos, mientras de los tres cuartos menos.

En cuanto a la equipación, a parte de la propia del equipo, lo único necesario son las botas de tacos. De goma para los tres cuartos y de aluminio para las delanteras, que necesitan clavar más para placar.

Es un deporte sin duda intenso. Son muchos minutos en constante movimiento si eres delantera, pero “desahoga mucho”. La energía se ve en frases como esta de Andrea: “Este deporte si no llueve no tiene tanta gracia”. ¿Recomendado? para todos los que busquéis un deporte con adrenalina y con el que pasároslo muy bien. Muchas gracias a las chicas del CRAT por dejarme acompañarlas durante el entrenamiento. !Espero que sirva para que alguien se enganche!


 
 
 

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